dimecres, 20 de setembre del 2017

Ya no te quiero, España

Hace años que no escribo textos más allá de diez líneas en castellano y ya me perdonareis si se me escapa alguna falta o expresión no del todo correcta. Los que me conocen saben que he viajado por España en muchas ocasiones, he conocido sus pueblos y sus gentes. También he soportado las típicas bromas por mi acento catalán. Me han dicho eso de “si tu no pareces catalán, coño”. La familia materna de mi esposa es aragonesa y durante 40 años he viajado muchas veces al año hasta el Bajo Aragón de Teruel, donde tenemos una casa, para pasar días con la familia o para descansar. El padre de mi mujer es de Morella, en Castellón. La “mili” la hice en Madrid, en al barrio de Campamento, donde mantuve amistad con multitud de gente de toda procedencia. He tenido clientes en toda la geografía hispana, con los cuales he mantenido algo más que una relación comercial. Tengo un primo soriano, que me ha acompañado a visitar su tierra y sus monumentos, con el que mantengo una fuerte amistad. Cuando he viajado, he respetado costumbres, opiniones, folclore, formas de vida y he procurado entenderlas, y he tenido siempre el máximo respeto por las personas y su tierra. He comido, reído y bebido con ellos. Hemos enterrado amigos y familiares y hemos llorado juntos.
Hoy, mi país, Catalunya, está siendo invadido por el ejército español, con la guardiacivil al frente. El gobierno del estado ha entrado en mis instituciones y ha detenido a mis representantes. Ha registrado empresas sin orden judicial, ha abierto correspondencia privada violando el secreto; ha entrado en las conselleries donde se guarda información privada de los ciudadanos y ha incautado impresos vulnerando la libertad de expresión. Ha amenazado a mis alcaldes, gente honrada del pueblo, a la guardia municipal, a los funcionarios y a los medios de comunicación. Ha cerrado webs, bloqueado comunicaciones y ha aparcado un transatlántico con capacidad para más de 2000 personas en el puerto de Barcelona para alojar a policías. Ha arrancado carteles y ha confiscado comunicados. Sucede ahora mismo: “La Guardia Civil detiene doce personas en el macrooperativo contra el referéndum”, “La alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, comienza a declarar”, “El director de Patrimonio, Francesc Sutra, está retenido en su casa. La Guardia Civil le ha leído los derechos y están registrando todas las habitaciones de su casa en Rubí”, “Prensa de Governació confirma que hay Guardia Civil en la séptima planta, donde está el despacho de la consellera Meritxell Borràs”. Y así hasta avergonzar al mundo.
Es humillante para nosotros, y lo sabe Rajoy, un delincuente que debería estar en la cárcel, jefe de una banda mafiosa, llamada Partido Popular, que ha esquilmado durante años las arcas públicas, un personaje que de no tener en nómina a jueces y fiscales estaría detenido hace tiempo. De él tenemos que escuchar las palabras “ley” y “democracia”, que en su boca suenan a cinismo barato y pierden toda legitimidad. No hablaré de los demás engendros humanos que forman la podrida estructura del estado español, porqué si tenéis ojos y oídos lo sabéis, y si no es así que Dios os coja confesados. Cuando queráis daros cuenta, esa pandilla de ladrones os habrá robado el alma.
¿Pero, y vosotros, donde estáis vosotros, el pueblo español? Tal vez delante de la tele, escuchando las mentiras que os cuentan sobre Catalunya, incapaces de contrastar y despertar vuestro espíritu crítico. Tal vez jaleando a la guardiacivil, que es la misma, no lo olvidéis, que entró en vuestro Congreso un 23 de febrero. Estaréis contentos, porqué de una vez por todas los catalanes van a enterarse de quien es el dueño del cortijo, de que nos humillen, de que el pérfido Carles Puigdemont esté a un paso de la inhabilitación y tal vez de la cárcel. Os reiréis de nuestro referéndum, de nuestras instituciones y de los Mossos. Tal vez ni eso, tal vez viendo la telebasura que os tragáis, día sí día también, por la pantalla del televisor. ¿Pero qué coño hacéis? ¿Os habéis vuelto imbéciles? No os dais cuenta de que esto no va de referéndums ni de independencia ni ostias: esto va de libertad y democracia, ¡la vuestra joder! Que mientras los catalanes estamos siendo apaleados por luchar por ellas, vosotros lo miráis como si la cosa no fuera con vosotros. ¿Dónde estáis?
Se acabaron la condescendencia, la pedagogía, las explicaciones, las ofertas, las peticiones de diálogo. Ahora tendréis que escuchar que si nos vamos de España, porque así lo habéis querido, estaréis en la cola del mundo, la deuda del reino os ahogará, no habrá dinero para vuestros abuelos, ni sanidad ni nada de nada: porque es Catalunya quien ha pagado hasta ahora vuestro estado del bienestar. Os guste o no. Querréis oírlo o no, pero así es y así será. Sois vosotros quienes, una y otra vez, habéis votado a partidos llenos de franquistas, de mafiosos, de dictadorzuelos de baja estofa, de estafadores, de ladrones, de fascistas, de esquilmadores.
No os oigo, solo silencio, solo palabras soeces, insultos, humillaciones, burla. Donde estáis los “amigos” del “si tu no pareces catalán, coño”. Ahora, que necesito vuestra fuerza de hombres libres dejáis que pelee solo ante el enemigo, que más que fuerte es imbécil. Se acabó: mi amor por España ya no existe, vosotros lo habéis matado, ya no quiero ni a España ni a los españoles. Porque a un amigo no se le trata así, a un amigo no se le traiciona.
Os dejo con vuestra miseria humana, con vuestros complejos, con vuestra deslealtad, con el odio que corroe vuestras entrañas y espero que algún día sepáis salir de lodazal en el que estáis.

Adiós.